643 - Moisés, la palabra de Dios. Ex 20:1-3
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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643 – Ex 20:1-3 Moisés, la palabra de Dios. Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. Dios por primera vez se presenta públicamente al pueblo de Israel y entrega su palabra (Ex 20:2-17). El Señor los había sacado, salvados de Egipto, casa de servidumbre, salvados por gracia de la esclavitud del pecado, símbolo de un nuevo nacimiento, y pasados por el mar, símbolo del bautismo en aguas, y ahora serán discipulados entregando su palabra para que conozcan cómo deben conducirse, vivir como pueblo de Dios. Los diez mandamientos no son para salvación, son para estar en paz (Shalom) con Dios y tener la paz de Dios, una comunión correcta con Dios, perdida en Génesis 3. Los diez mandamientos, conocidos también como el decálogo, las diez palabras, la ley, son principios fundamentales para la vida y ética, y forman la base para la legislación de Israel. Serán repetidos por Moisés a las nuevas generaciones que entrarán a la tierra prometida en Dt 5:6-21. En Ex 20:21-24:18 dará 52 aplicaciones prácticas de la ley llamadas el libro del pacto (Ex 24:7). En Ex 25-40 Dios dará las instrucciones para construir el tabernáculo, el lugar de encuentro con Dios, y así aprender a vivir en la presencia de Dios. La identidad del pueblo de Dios estaría formada por: 1) La salvación de Dios. 2) La palabra de Dios. 3) La presencia de Dios. 1. Preparación para recibir la palabra de Dios. (Ex 19:1-15). Tres meses después de salir de Egipto llegan al monte Sinaí donde estarán once meses, y no saldrán de nuevo hasta Nm 10:11. Dios coloca condiciones para entregar la palabra: C1). Dios exige guardar su palabra. “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.”(Ex 19:5-6). El pueblo se compromete con Dios diciendo: “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.”(Ex 19:8). C2). El pueblo debe santificarse para estar en la presencia de Dios. “Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.” (Ex 19:10-11). C3). Respetar la presencia de Dios. “Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.” (Ex 19:12). 2. La presencia de Dios. (Ex 19:16-25). “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.” (Ex 19:16, 18). Su venida por la ley es proclamada mediante una séptuple, o plena, completa, expresión de su carácter: “Truenos, relámpagos, espesa nube, fuego, humo, estremecimiento del monte, sonido de trompeta” ¿Quién podrá mantenerse de pie cuando Cristo aparezca por segunda vez? “Nuestro Dios es fuego consumidor” (He 12:29). El efecto producido en el pueblo fue doble: a) Quedaron abrumados. “viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.” (Ex 20:18). Acercarse a Dios aparte de la Cruz de la redención es llegar al “fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad” (He12:18). b) Pidieron un mediador. “Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.”(Ex 20:19). Los terrores del Sinaí revelan la necesidad del Calvario. Aquí tenemos un monte que debemos tocar o morir. “Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1Ti 2:5). Moisés explicó el motivo de la presencia