640 - Moisés, liberación de Israel. Ex 14:13-14.

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

640 – Ex 14:13-14  Moisés, liberación de Israel. Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.   La nación de Israel celebró la primera pascua por mandato de Dios para ser protegidos con la sangre del cordero. “Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto.” (Ex 12:29). Entonces Faraón dijo a Moisés: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. (Ex 12:31). Los egipcios apuraban al pueblo de Israel para que se fueran porque decían: “Todos somos muertos.” Les dieron alhajas de plata, de oro, vestidos y  todo cuanto les pedían (Ex 12:33-36). El pueblo de Israel llegó a Egipto con 70 personas y después de 430 años salen de Egipto “como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños.” (Ex 12:37,40). Israel inicia su primer Éxodo, y por medio de Moisés, Dios los lleva al desierto, continuando las pruebas para alcanzar la salvación. En el desierto de las pruebas Dios promete: “Yo derramaré aguas sobre el sequedal’ (Is 44:3). 1. Encerrados por Dios. “Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado” (Éx 14:3). Dios había guiado al pueblo hasta quedar encerrados entre el mar y el desierto. ¿Habrá cometido Dios un error al conducirlos a tal callejón sin salida? No es para asombrarse que el enemigo diga, al ver el apuro de ellos: “Dios lo ha desamparado; perseguidle y prendedle, porque no hay quien le libre” (Sal 71:11). El problema, la prueba crece cuando el enemigo se entera. Faraón decide perseguirlos “y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos.”(Ex 14:7). En el callejón sin salida sólo Dios puede brindarnos consuelo, cuidado, dirección, y ayuda para la salida del problema (Dt 32:9-12). 2. Clamor desesperado. “Cuando Faraón se hubo acercado,… los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová” (Éx 14:10). Las pruebas permiten que crezcamos en fe y mejoremos nuestra comunión con Dios clamando al único que puede sacarnos del callejón sin salida. Los discípulos probados por una fuerte tormenta clamaron: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.” (Mr 4:38-39). La salvación está cerca cuando se levanta el clamor desesperado.  Pero otros, se quejaron, culparon a Dios y a Moisés su mensajero (Ex 14:11-12). Juan Huss dijo: “En el tribunal de Cristo no seremos juzgados por las murmuraciones ni los falsos testimonios.” Pablo lo enseña en 1Co 4:5. ¿Clamas a Dios o te quejas contra Dios y los líderes que Él ha colocado? Dios nos lleva al desierto: “para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.” (Dt 8:2). 3. Una salvación por gracia. “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros” (Éx 14:13). Moisés, capacitado por Dios para dirigir a su pueblo en situaciones extremas mantiene la calma: No temáis; estad firmes. Moisés les dice que ésta salvación no será por obras, palabras, esfuerzo humano: “Jehová peleará por vosotros. Y vosotros estaréis tranquilos (Ex 14:14). Los incrédulos no entienden: “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios (Ro 10:3). Jesús lo pagó todo en la cruz cuando dijo: “consumado es” (Jn 19:30). Por lo tanto, “Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová.” (Sal 27:14). 4. La protección del Dios omnipotente. “Y el Ángel de Dios… la columna de nube que iba delante de ellos, iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel” (Ex 14:19-20). Durante las pruebas los que andan en los caminos de Dios serán guardados