630 - José: Hijo favorito, hermano maltratado. Gn 37:3-4.

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

630 – Gn 37:3-4 José: Hijo favorito, hermano maltratado. Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.   La vida de José, el cuarto de los patriarcas, se encuentra dividida en tres grandes etapas (Gn 37 al 50): Del nacimiento a los 17 años (Gn 30:24 - 37:2): Durante este tiempo, la familia de José se encontraba en transición; ninguno de ellos se había asentado; todos estaban en movimiento. Se estaban formando diferencias por los celos y el odio producidos en el seno de su familia. De los 17 a los 30 años (Gn 37:2 - 41:46): Este segundo periodo parece como si su vida estuviera fuera de control. La esclavitud, la acusación injusta y la prisión caen sobre él. “Pero Jehová estaba con José”. De los 30 años hasta su muerte (Gn 41:46 - 50:26): Los últimos 80 años de José son años de prosperidad y recompensa bajo la bendición de Dios. Tuvo la oportunidad de vengarse de sus hermanos, de arruinarlos para siempre, pero rehusó hacerlo, y los bendijo, los protegió y los perdonó. José es un tipo  de Cristo. José fue menospreciado  y rechazado; un varón de dolores y experimentado en quebranto. Como nuestro Señor Jesucristo, cuando fue despreciado por el hombre, fue exaltado por Dios para ser Príncipe y Salvador. 1. José, hijo favorito (Gn 37:3-10). “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.” (Gn 37:3-4). José al igual que Cristo fue menospreciado por sus hermanos pero amado por su padre. Israel (Jacob padre de José) amaba a José, porque era el primogénito de Raquel, la esposa favorita, y lo había tenido en su vejez (Gn 37:3). Jacob no hizo nada para ocultar el favoritismo por José y le hizo una túnica de diversos colores, símbolo de nobleza, y significaba que le estaba dando prioridad sobre el resto de los hijos. El favoritismo de Jacob había generado por años celos y éstos se habían transformado en odio y resentimiento hacia José (Gn 37:4,11). Tres factores habían contribuido a esta triste situación: (1) Había informado a su padre de algunas de las cosas malas que ellos hacían (Gn 37:2c). (2) llegó a ser el hijo preferido de Jacob (Gn 37:3) (3) Aborrecido por sus palabras, pero honrado con las visiones. Por causa de los sueños que anunciaban la alta posición de José en Egipto: (a) En uno de sus sueños vio que todos los hermanos se inclinaban hacia él. “Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.” (Gn 37:7-8). (b) En el segundo sueño el papá, la mamá y sus hermanos se inclinan a él: “He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.” (Gn 37:9-11). Cristo al igual que José fue menospreciado por su pueblo: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” (Jn 1:11). Israel nunca aceptó la deidad de Cristo cuando dijo: “Yo y el Padre uno somos.” (Jn 10:30), pero aunque sus hermanos, la nación de Israel le tuvieron en poco, fue reconocido por su Padre celestial como: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mt 3:17). Cuando prediquemos la verdad de Cristo no nos sorprendamos ser aborrecidos y apedreados por el mundo como a Esteban que “lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre