625 - Abraham, padre de la fe. Gn 22:5
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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625 – Gn 22:5 Abraham, padre de la fe. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Sara, esposa de Abraham, dudó y no esperó que se cumpliera el tiempo de Dios para tener el hijo de la descendencia prometida (Gn 16:1). Abraham tiene un hijo (Ismael) con la sierva de su esposa (Agar) y se inicia una división en las relaciones entre Sara y Agar. (Gn 16:4-6). Nace Ismael, padre de las naciones árabes, que hasta hoy son los peores enemigos de Israel (Gn 16:12,15). Dios promete a Abraham tener una multitud como descendencia y en Gn 17: 5-6 cambia su nombre Abram (Padre enaltecido) por Abraham (Padre de muchedumbre de gente). Muchos años después de que Sara había perdido la capacidad para tener hijos, concibió a Isaac (Gn 21:1-7). Era una promesa dada a Abraham desde Gn 12:1-3, oficializada en Gn 15 y ratificada en Gn 18:11-14. Dios prueba a Abraham, a través de renunciar a su hijo, procreado en la vejez y que era la esperanza de todas sus bendiciones. Abraham es un modelo de fe al realizar algo en plena confianza en Dios. Durante las pruebas de fe, Dios proveerá cinco cosas: cuidado, consuelo, edificación, guía y sustento. Y como resultado aumentará, crecerá tú fe en Dios. 1. El hijo de la promesa. Aun cuando Abraham había tenido un hijo con Agar, Ismael (Gn 16:15), y tendría seis hijos más con Cetura (Gn 25:1-4). Isaac, era el hijo de la promesa, y considerado como hijo único de Abraham. Isaac (él ríe), el hijo de la promesa había nacido en la vejez, Abraham de 100 años y Sara de 90 años. Abraham espero 25 años la promesa. Dios había cumplido su promesa y ratificado que no hay nada imposible y difícil para Él (Gn 18:14). Para Abraham, Isaac vino a ser el símbolo de todo lo que Dios le había prometido en el pacto. Todas las bendiciones del Señor, vendrían a Abraham y a sus descendientes por medio de este hijo prometido, Isaac. Abraham, por supuesto, amaba a Isaac. 2. La prueba de fe que faltaba (Gn 22:1-5). “Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” (Gn 22:1-2). Dios pide a Abraham que sacrifique, a su hijo Isaac a quien ama, en el Monte de Moriah. La tierra de Moriah era aquella parte cercana a Jerusalén donde más tarde se edificó el templo a Dios (2Cr 3:1). Dios le pidió a Abraham que lo ofreciera en Holocausto (ofrenda quemada completamente). Dios quería probar la legitimidad, la autenticidad, de la fe de Abraham, para ayudarlo a crecer espiritualmente (Stg 1:2-4). Abraham obedeció a Dios y no dudó en hacerlo. No empezó a preguntarse por qué debería hacerlo o el motivo de perder a su hijo y las bendiciones para él y su descendencia (Gn 22:3). El tiempo de la prueba, ocho Km. o tres días de camino, para llegar al sitio donde sacrificaría a su hijo pudo haberlo hecho renunciar a la prueba (Gn 22:4). Abraham actúa con fe, “Adoraremos y volveremos a vosotros” (Gn 22:5). Primera vez que aparece la palabra adoración. Abraham confía en volver a casa con Isaac. ¡Creyó que Dios lo resucitaría! ¿Cómo pudo él haber conocido esto? El escritor a los Hebreos responde: “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.” (He 11:17-19). 3. Padre de la fe (Gn 22:6-8). El significado verdadero de la vida eterna, es una vida que pueda enfrentarlo todo sin titubear, como lo hizo Abraham. “Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.” (Gn 22:6).