615 - ¿Verdadero o falso adorador? Gn 4:3-5
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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615 – Gn 4:3-5 ¿Verdadero o falso adorador? Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera. Dios busca a los verdaderos adoradores porque hay falsos adoradores. Los “verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad” (Jn 4:23-24). En la historia de Caín y Abel podemos reconocer al primer falso y al primer verdadero adorador. Esta historia puede compararse a la parábola del fariseo y el publicano donde “Dos hombres subieron a orar: uno era fariseo, y el otro publicano” (Lc 18:10). Aunque ambos disfrutaban de los mismos privilegios y oportunidades, eran diferentes. El fariseo se consideraba justificado pero Dios perdonó al publicano. ¿Por qué? “Os digo que éste [el publicano] descendió a su casa justificado antes que el otro [el fariseo]; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Lc 18:14). ¿Somos verdaderos o falsos adoradores? “Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios.” (Pr 16:18-19). 1. La falsa adoración rechazada. Dios “no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya” (Gn 4:5). Caín personalmente tiene que ser aceptable antes de que pueda serlo su ofrenda. Su ofrenda fue rechazada porque Él mismo era culpable. Cristo fue sin mancha cuando se ofreció a Sí mismo. Jesucristo enseña: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mt 5:22-24). El propio camino de Caín y del hombre es tratar de agradar a Dios sin confesar sus pecados (Jud 1:11). Por lo cual, “El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; mas la oración de los rectos es su gozo.” (Pr 15:8). 2. La verdadera adoración aceptada. “Miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda” (Gn 4:4). Abel es el primer adorador aceptado, no por la ofrenda entregada, sino por la fe en Dios. “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín” (He 11:4). La ofrenda y el ofrecedor son aceptados y permanecen o son rechazados y caen juntos. La fe en Cristo es aceptada, y somos justificados, reconciliados con Dios. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Ro 5:1). 3. Evitemos la falsa piedad. “Se ensañó Caín” (Gn 4:5). Caín tenía apariencia de piedad, pero su corazón estaba en enemistad contra Dios. Vivimos tiempos peligrosos porque el carácter de Caín, la falsa piedad, está presente dentro de la iglesia actual. ¿Por qué sucede esto? “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” (2Ti 3:1-5). Evitemos ser falsos adoradores. (Gá 6:7-8). 4. Escoge: El pecado o la ofrenda por el pecado. ”Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado?… Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta” (Gn 4:6-7). Dios en su misericordia aconseja a Caín que la única manera de ser aceptado como pecador es mediante un sacrificio por el pecado. Cristo “llevó nuestros pecados en su propio cuerpo