608 - Acuérdate de tu Creador en la juventud. Ecl 12:1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

608 – Ecl 12:1 Acuérdate de tu Creador en la juventud. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;   Salomón llega al final de Eclesiastés reconociendo que es necesario vivir, andar junto a Dios desde la juventud. Inicia describiendo el proceso de la vejez con el envejecimiento mental, luego usando un simbolismo, comparado a una casa en deterioro que se está viniendo abajo, describe el proceso de deterioro, limitaciones que tiene nuestro cuerpo hasta la muerte. Que importante es escuchar el consejo de Salomón antes que vengan los días malos y podamos gozar la vida hasta la partida a la eternidad. 1. Envejecimiento mental (Ecl 12:2) “antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia”. En la vejez se presenta la pérdida de memoria y la depresión mental. 2. Limitaciones físicas en la vejez (Ecl 12:3-5) Ecl 12:3 “cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas” Temblarán los guardas de la casa: Las manos y brazos de los ancianos, que cuidan la casa (el cuerpo), se debilitan, tiemblan y se hace difícil para tomar las cosas y sostenerse. Se encorvarán los hombres fuertes: Se refiere a las piernas, que se tiende a encorvar y hacerse débil para caminar, desplazarse de manera ágil y rápida. Cesarán las muelas porque han disminuido. La pérdida de la dentadura acompaña casi siempre a la vejez. Se oscurecerán los que miran por las ventanas. Se refiere a los ojos. Disminuye la visión para ver las cosas. Hoy día a través de la ciencia médica con la cirugía de las cataratas se logra ver mejor en la vejez pero no es igual como vemos en la juventud. Ec 12:4 “y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas” Las puertas de afuera se cerrarán. Se refiere a la boca y los oídos. Ya no escuchará ni hablará tan bien como antes. Por lo bajo del ruido de la muela. No oirás bien, no escucharás el ruido en las calles, ni siquiera el de la piedra que muele tu trigo. Cuando se levantará a la voz del ave. Cuando se es joven ni el reloj despertador ni el ruido de los vecinos lo hace despertar; en la vejez cualquier ruido le hace perder el sueño. Se levanta ante al canto de un pajarito, es referencia al sueño liviano del anciano, y dentro de esto, el insomnio que lo hace despertar temprano. Todas las hijas del canto serán abatidas. Ya no se podrá cantar como lo hacía cuando era joven porque se pierde el escuchar bien y hablar fuerte. Ec 12:5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles” Temerán de lo que es alto. Las personas de edad avanzada temen las alturas porque ya no son capaces de mantener el equilibrio y percibir las distancias. Habrá terrores en el camino. El viajar, ir de un lugar a otro se convierte en una carga, duda y temor de pasarla mal, sufrir un accidente. Florecerá el almendro: Las flores del almendro son blancas, y así sucede con el cabello, las canas de los viejos. La Langosta será una carga: Algo tan ligero como una langosta constituye una carga porque apenas puede moverse. Se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna. En la vejez se pierde el apetito por la comida y el deseo sexual. Porque se aproxima su partida a la eternidad. Y los endechadores andarán alrededor por las calles. A los endechadores les pagaban para que lloraran en los funerales, merodeaban esperando el descenlace de la muerte. 3. La proximidad de la muerte (Ecl 12:6). “antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre