596 - El equilibrio que da la sabiduría divina. Ecl 7:18
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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596 – Ecl 7:18 El equilibrio que da la sabiduría divina. Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo. Salomón continúa enseñando sobre los beneficios de la sabiduría divina. Cuando nos movemos, vivimos guiados por la sabiduría divina respondemos a las diferentes situaciones de la vida con una confianza tranquila. De allí que una de las definiciones de la sabiduría divina es la capacidad que Dios nos otorga para ver la vida de manera objetiva diferente, y poder vivirla con inusual equilibrio y estabilidad. La sabiduría divina no es algo que se aprende en un aula, no es académica ni teórica, sino práctica. La sabiduría está diseñada para ser puesta en acción; este es el mensaje de Salomón en Eclesiastés 7. La sabiduría divina nos enseña a descansar en Dios en cada situación de la vida, sea buena o mala, porque sabemos que Dios tiene en sus manos nuestro futuro, a nuestros hijos, nuestras circunstancias, a nuestros amigos y enemigos. Dios recuerda al creyente bíblico: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.” (Is 49:16). Dios nos conoce, nos ve exactamente como somos: con muros, debilidades, fortalezas, necesidades, arrugas, verrugas y todo. Dios lo ve todo y cuan cerca porque está en nosotros, con nosotros, y sobre nosotros, (Jn 14:16; Lc 24:49), y nos tiene en la palmas de sus manos. Por lo tanto, podemos vivir una vida con confianza, tranquila, estable, equilibrada porque Dios sigue vivo, es eterno, está sentado en su trono, y tiene todo bajo control. “Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte.” (Sal 48:14). 1. Lo he visto todo (Ecl 7:15). “Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.” Salomón no está presumiendo sino presentando la realidad de la vida para que practiquemos los beneficios de la sabiduría divina. De repente parte de este mundo una persona íntegra, de gran fortaleza espiritual y cómo reaccionamos, decimos igual “lo he visto todo”. También puede suceder que una persona que ha llevado una vida irresponsable e impía, no le sucede nada, ni le da dolor de cabeza, y goza de larga vida, nuestra reacción es: “Ahora lo he visto todo”. Job respalda a Salomón diciendo que los impíos mueren en la vejez, en paz, no quieren conocer ni orar ni servir a Dios. “Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol [la tumba]. Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, porque no queremos el conocimiento de tus caminos. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?” (Job 21:13-15). Pero la sabiduría divina nos da paz, confianza tranquila recordando: “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos. ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.” (Is 3:10-11). Salomón concluye más adelante: “Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia“(Ecl 8:12). 2. La aparente súper religiosidad (Ecl 7:16-17). “No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte? No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo? Cuidado, Salomón no está enseñando que no seamos justo, piadoso, sino presenta al que es súper piadoso, excesivamente ferviente que considera de suma importancia el impresionar a los demás. Es alguien experto en las apariencias externas, auto suficiente, con insinuaciones diciendo: Para la gloria de Dios, hoy cumplo 41 días de ayuno, uno más que Jesucristo y Moisés. Oro todas las noches, desde media noche hasta el amanecer, para que este mundo cambie. El estudioso de la palabra que termina adorando el papel impreso con la palabra, y no a Dios fuente de la verdad.