594 - Consejos sabios para gente ocupada. Ecl 7:1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

594 – Ecl 7:1 Consejos sabios para gente ocupada. Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento.   Llegamos a la mitad del libro de Eclesiastés (Ecl 7) y en esta segunda parte abundan los términos sabio y sabiduría. Salomón ha recorrido una primera parte Ecl 1-6 donde abunda la insensatez del ser humano debajo del sol sin Dios. Ahora Salomón reacciona y trata de volver a casa como el hijo prodigo que “deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” (Lc 15: 16-18).  En la primera parte Ecl 1-6 Salomón como un joven con nuevo carro deportivo apretó el acelerador hasta el fondo, gritando a cada una de sus pasiones internas ¡A toda velocidad! Buscando la satisfacción de la vida debajo del sol sin Dios, y aunque la satisfacción duradera lo evadía, siguió cruzando cada esquina en dos ruedas. Ahora a partir de Ecl 7-12 presiona los frenos, baja la velocidad, cambia de dirección tratando de regresar a casa, y empieza usando siete proverbios comparativos con declaraciones breves, claras, sencillas, que ofrecen consejos llenos de sabiduría divina para dirigir la vida de gente ocupada, afanada. 1. Mejor  buen carácter,  calidad que el aroma. (Ecl 7:1a). “Mejor es la buena fama que el buen ungüento”. Aquí la buena fama es lo que produce respeto, influencia y carácter, que cambian vidas, con buen ejemplo y reputación. Usted escoge un restaurant no por su buen olor sino por su calidad. Escoge un producto no por su publicidad, alto precio, sino por su buena calidad. Así mismo, cuando la calidad interior se concentra en una vida, su fama se difunde, porque es mejor que una buena fragancia para dar aroma externa. 2. Mejor ganancia al morir que al nacer. (Ecl 7:1b). “mejor el día de la muerte que el día del nacimiento”.  Esto nos asombra, despierta porque en nuestra cultura celebramos los cumpleaños y lloramos cuando muere alguien. ¿Cómo puede ser mejor la muerte que nuestro nacimiento? El apóstol Pablo da la respuesta “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil 1:21). El creyente bíblico, que descansa en Dios con la esperanza de la resurrección, sabe que la muerte es la puerta a la vida eterna. Cerramos los ojos al morir debajo del sol e inmediatamente abrimos los ojos en la eternidad arriba del sol (Lc 16:19-31). 3. Mejor es ir a la funeraria que a la fiesta (Ecl 7:2). “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete”. También podemos decir que mejor es un paseo por el cementerio que un fin de semana de fiesta. ¿Está Salomón deprimido? No. Hay sabiduría implícita en su proverbio que unido al siguiente produce sabiduría al corazón para evitar lo superficial, terrenal, temporal y enfocarnos en lo eterno. 4. Mejor es el pesar que la risa. (Ecl 7:3).  “Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.” Cuando alguien cuenta un chiste nos reímos pero al siguiente día ya no recordamos el chiste. Pero raramente se borra de nuestra mente un paseo por el cementerio y lo que aprendemos de grandes hombres y mujeres que modelaron con sus vidas. Por otro lado, los servicios, cultos fúnebres son los auditorios con gente más sabia, porque realmente escuchan el mensaje. ¿Por qué lo escuchan? Tuvieron que meter el freno a los afanes de la vida, como Salomón y reflexionar, sobre la brevedad de la vida. Esto incluye a creyentes afanados que no tienen tiempo para buscar y servir a Dios. 5. Mejor la reprensión del sabio que la canción de los necios (Ecl 7:5). Salomón enseña cómo cantan los necios diciendo: “Porque la risa [estrepitosa y tonta] del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla. Y también esto es vanidad.” (Ecl 7:6). La canción del necio es vacía, sin valor