591 - Disfrutar el regalo de Dios. Ecl 5:19

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

591 – Ecl 5:19 Difrutar el regalo de Dios. Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.   ¿Está contento con las circunstancias que enfrenta? La Biblia enseña con la vida de hombres y mujeres piadosos que estaban contentos a  pesar de las circunstancias y lo poco o lo mucho que poseian. Un ejemplo es el apósto Pablo que aprendió a estar contento, así estuviera en abundancia o padeciera necesidad. El secreto radicaba en el poder de Cristo para fortalecerlo. ¿Tiene usted muchas necesidades o está descontento porque no tiene lo que desea tener? Aprendámos a apoyarnos, a descansar en las promesas de Dios y en el poder de Cristo que nos ayudará a contentarnos a pesar de la situación. Dios quiere que veamos lo que tenemos, ya sea mucho o poco, desde la perspectiva correcta: la vida y nuestras posesiones son un regalo de Dios. Son motivos de regocijo, pero no fuente de gozo, ya que todo lo bueno proviene de Dios. Debemos enfocarnos más en el Dador que en el regalo. Podemos aprender a contentarnos con lo que tenemos cuando nos damos cuenta de que con Dios tenemos todo lo que necesitamos. “Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” (Stg 1:16-17).   1. Disfrutar el fruto del trabajo (Ecl 5:18). “He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.”  La vida es don de Dios. No debemos ver nuestra ocupación como trabajo de esclavo, sino complacernos, disfrutar en la vocación en que Dios nos pone. El bien que yo he visto, se refiere al aspecto positivo de la vida: el trabajo moderado, sin ambiciones, que permite alcanzar la felicidad. Pero la felicidad en última instancia depende de Dios: (1) Dios da la vida; (2) Dios da los bienes; (3) Dios da la facultad de gozar la vida y los bienes dados por Dios. Viviendo una vida agradecida a Dios no habrá amargura ni frustración. El apóstol Pablo exhorta a los que tienen abundancia dada por Dios diciendo: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.” (1Ti 6:17-19). 2. Dios nos da lo que necesitamos (Ecl 5:19a). “Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes” Dios es el dueño de todo lo que poseemos bienes, vivienda, familia, trabajo. Si el ser humano debajo del sol no reconoce que todo proviene de Dios no podrá regocijarse de lo que lo rodea ni de su trabajo. Por lo cual, es Dios, quien conoce nuestras necedidas, es el que nos dará lo que necesitamos: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil 4:19). Sin embargo, debemos recordar la diferencia entre nuestros deseos y nuestras necesidades. La mayoría de la gente quiere sentirse bien evitando el dolor y la incomodidad. Puede que no recibamos todo lo que deseamos. Al confiar en Cristo, nuestras actitudes y apetitos pueden cambiar de desear todo a aceptar su provisión y poder para vivir por El. El Sal 84:11-12 enseña que Dios nos dará: 1) Provisión: “Porque sol y escudo es Jehová Dios” 2) Promesa: “gracia y gloria dará Jehová.”  3) Expectativa: “No quitará el bien a los que andan en integridad.” 4) Privilegio del gozo: “dichoso el hombre que en ti confía.” 3. Disfrutar el regalo de Dios (Ecl 5:19b). “y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.” Debemos aprender a regocijarnos con lo que Dios