583 - La opresión debajo del sol. Ecl 4:1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

583 – Ecl 4:1 La opresión debajo del sol. Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.   Salomón vuelve al tema de la injusticia pero aquí como “opresión”. En su minucioso análisis que se propuso hacer de “todo lo que se hace debajo del cielo” (Ecl 1:13), observó las violencias, es decir, las opresiones. Vio que los oprimidos no tenían consolación, pues los opresores poderosos les arrancaban el fruto de su trabajo. Tan deprimido se puso al contemplar esos casos, que concluyó que los explotados estarían más felices si ya hubieran muerto o si nunca hubieran nacido. Salomón también notó que los aliados de los opresores eran los jueces corruptos. En los tribunales hallaba impiedad e iniquidad en lugar de juicio justo (Ecl 3:16). Trataba de consolarse pensando que no siempre sería así. Dios permitía las injusticias para que les seres humanos vieran que son semejantes a las bestias (Ecl 3:18). Pero como todo tiene su tiempo debajo del cielo (Ecl 3:1), Salomón esperaba que algún día, Dios el Juez Justo, corregiría las injusticias de este mundo, dando al recto y al impío lo que merecían respectivamente. Ciertamente Dios, “Juzgará a los afligidos del pueblo, Salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará al opresor.” (Sal 72:4).   1. La opresión desenfrenada (Ecl 4:1). “Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.” A manera de queja, Salomón se lamentó de la situación desesperada y desesperanzada de los oprimidos que imploran ayuda, pero que no la reciben por causa de la fuerza irresistible y la autoridad de sus opresores. La repetición del concepto sin tener quien los consuele pone énfasis en su deplorable situación. “He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.” (Stg 5:4-6). Por lo tanto, “Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.” (Col 4:1). Dios conoce las injusticias de los opresores recordándoles: “Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.” (Mal 3:5). 2. Dios consuela, levanta y guarda al oprimido (Ecl 4:2-3). “Y alabé yo a los finados, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía. Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.” (Ecl 4:2-3). Salomón se deprime y establece que el hombre estaría mejor si muriera, o mejor aún, si nunca hubiera nacido para no ser testigo de las malas obras que se hacen en la tierra por causa de la injusticia. El ser humano debajo del sol sin Dios se deprime ante la opresión, la maldad e injusticias de los malos, pero el creyente en Jesucristo, descansa en el Dios todopoderoso, juez justo, soberano que lo sustenta todo, y tiene control de toda su vida, porque: “Jehová mata, y Él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir. Jehová empobrece, y Él enriquece; Abate, y enaltece. El levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y Él afirmó sobre ella