573 – Introducción al libro Eclesiastés. Ecl 1:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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573 – Ecl 1:1-2 Introducción al libro Eclesiastés Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Eclesiastés es un libro de suma importancia para todos los tiempos, como toda la palabra de Dios, no pasa de moda porque es eterna. Este libro es considerado el más difícil de interpretar del A.T. Similar a los libros filosóficos, existenciales del siglo XX y XXI. ¿Por qué? Porque millones de personas intentan, vivir y ser feliz, cada día sin Dios. Eclesiastés enseña lo absurdo de la filosofía de la vida humana sin Dios, las implicaciones de la vida temporal del ser humano separado de lo eterno. Su objetivo consiste en responder a algunas de las preguntas más desafiantes de la vida. El título Eclesiastés, deriva del título hebreo, Qohéleth, que quiere decir "uno que llama o congrega" al pueblo. Se refiere al que se dirige a la asamblea; de aquí, el Predicador, el filósofo. La autoría del libro de Eclesiastés se asigna a Salomón. Es la dolorosa, dramática autobiografía de la vida de Salomón cuando se aparta de Dios. Salomón se identifica a sí mismo como “Predicador, filósofo” [Qohéleth], “hijo de David” (Ecl 1:1), “rey en Jerusalén” (Ecl 1:1), y “rey sobre Israel en Jerusalén” (Ecl 1:12). Además, en la sección autobiográfica (Ecl 1:12–2:26) dice que había sido más sabio que “todos los que fueron antes de [él] en Jerusalén” (Ecl 1:16), que era constructor de grandes obras (Ecl 2:4–6), y que había poseído numerosos siervos, una gran cantidad de rebaños de ovejas y ganado (Ecl 2:7), una gran fortuna (Ecl 2:8), y un gran harén que desvió su corazón (Ecl 2:8; 1Re 11:1–3). Fue el papel de uno que "enseñó sabiduría al pueblo" y escribió "muchos proverbios" (Ecl 12:9). En resumen, Salomón había sido el más grande de todos los que vivieron en Jerusalén antes que él (Ecl 2:9). El apóstol Pablo nos advierte: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Col 2:8). 1. El tema de Eclesiastés: La futilidad, vacío del esfuerzo humano (Ecl 1:2) “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.” Después de identificarse a sí mismo como el autor, Salomón declara enfáticamente que todo es fútil o vanidad (Hebel: “absurdo, vacío, hueco, sin sentido, sin propósito”). Se usa ese término metafórico a través de todo el libro para referirse a lo que carece de sustancia real, valor, permanencia, importancia, significado. Desde el principio aplica ese adjetivo a todo, esfuerzo humano, esto lo hace al preguntar: “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” (Ecl 1:3), y usa la palabra vanidad, como principal argumento, a través de la totalidad del libro. Se repiten palabras y frases claves: La palabra “vanidad” (37 veces). “Debajo del sol” (29 veces), “aflicción de espíritu” (9 veces), “hablé, propuse, dije yo en mi corazón” (6 veces), y “debajo del cielo” (4 veces). Debajo del sol y debajo del cielo se refiere a la vida terrenal, cotidiana sin Dios. El fundamento del secularismo rechaza lo eterno y afirma que vivimos solamente en el tiempo y espacio de este mundo. En Eclesiastés vemos la filosofía humana apartada de Dios, lo que ha permitido a filósofos ateos y sectas, usar mal versos de este libro, sacados de su contexto. Eclesiastés es la vida sin Dios debajo del sol, y enseña que vivir sin Jesucristo no dará satisfacción. El mundo no puede satisfacer el corazón del ser humano. Sólo con Dios en nuestro corazón podemos tener una vida completamente realizada, tener vida abundante, plena en la tierra y por la eternidad. Jesucristo afirma “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Jn 10:10; 11:25).