518 - Por qué disciplinar a los hijos. Proverbios 23:13-14.
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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518 – Pr 23:13-14 Por qué disciplinar a los hijos. No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol. Muchos padres son totalmente reacios a disciplinar a sus hijos. Algunos temen dañar la relación, que sus hijos se resientan con ellos o que frenen el desarrollo de los mismos. Sin embargo, la corrección no matará a sus hijos, sino los previene de imprudencias que sí los pueden matar. La Biblia enseña la disciplina, el castigo, la correción de los hijos desde su corta edad. “Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.” (Pr 3:12). “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.” (Pr 13:24). ¿Por qué los padres debemos disciplinar a los hijos? 1. Porque es responsabilidad de los padres, según el plan de Dios. La Biblia enseña que no son los tios, abuelos, colegios, guarderías que deben criar a los hijos, sino los padres “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Ef 6:4). La disciplina y amonestación es parte de la instrucción, educación, enseñanza y debe ser desde niños y de acuerdo a la palabra de Dios. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Pr 22:6). Instruir significa impartirle verbalmente la instrucción; luego ponerse al lado (tutor) de él con gracia y firmeza para obligarle a portarse de una manera preestablecida. Criar a nuestros hijos a la manera de Dios involucra: Entrenar, instruir, educar, practicar, moldear, capacitar, advertir, castigar, corregir, disciplinar. No solo se cuida su bienestar físico, también se enfatiza su bienestar espiritual y moral. (Pr 4; 13:1; 22:15; 23:13-14, 22; 29:15,17). Enseñemos a nuestros hijos: (1) La reverencia a Dios (Pr 1:7). (2) La importancia de la obediencia (Pr 1:8). (3) Pureza (Pr 2:20). (4) Hacer buen uso del dinero (Pr 3:9-10; 1Ti 6:10). (5) Como amar a los demás (Pr 3:27-28). (6) Como controlar la lengua (Pr 4:24). (7) A trabajar (Pr 6:9-11). (8) Cómo seleccionar amigos piadosos (Pr 13:20). El resultado de la disciplina desde niños es que cuando lleguen a la etapa más difícil del ser humano, que es la adoslescencia, no se aparten del camino de Dios. Al niño se le debe enseñar a ser sabio y no necio. “Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, también a mí se me alegrará el corazón; mis entrañas también se alegrarán cuando tus labios hablaren cosas rectas.” (Pr 23:15-16). A comprar, aprender y vivir en la verdad de Dios y no lo que ofrece el mundo. “Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.” (Pr 23:23). “Según su sabiduría es alabado el hombre; mas el perverso de corazón será menospreciado.” (Pr 12:8). 2. Porque la disciplina adecuada ayuda y no daña. (Pr 23:13b). “No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol.” La disciplina debe ser bien empleada y de acuerdo a la edad de los hijos. La vara de la corrección no es para maltratar, romper o dañar el cuerpo del niño; sino para que sienta dolor y respeto. Debe emplearse antes de los 6 años. No deben usarse las manos ni objetos que puedan dañar el cuerpo del niño al castigarlo. Un niño mayor a 6 años ya puede conversar y debe tener una conducta de respeto a sus padres, por lo cual no se debería usar la vara de la corrección en esta edad para castigarlo, sino ponerle límites en el uso de la televisión, internet, jugar, hora de dormir, divertirse con sus amigos, etc. 3. Porque la disciplina es medida preventiva (Pr 23:14) Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol. Existe un dicho popular "Disciplinando al niño ahora evitaremos castigar al hombre mañana". La disciplina es el “positivo esencial” y el castigo es a veces el “negativo necesario”. Un hijo en crecimiento va a necesitar el equilibrio de ambas.