1189 - Ezequiel 22. Purificados por el horno de Dios. Ez 22:22

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

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1189 – Ez 22:22 – Ezequiel 22. Purificados por el horno de Dios.Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo Jehová habré derramado mi enojo sobre vosotros.En Ez 22 se explica con tres mensajes: por qué vendría el castigo a Judá (Ez 22:2-16), cómo llegaría (Ez 22:17-22), y quiénes serían juzgados (Ez 22:23-31). Los líderes eran especialmente responsables por el aspecto moral de la nación ya que habían sido elegidos por Dios para guiar al pueblo. Muchos de los pecados mencionados en Ez 22 los han cometido algunos líderes cristianos. Estamos viviendo en un tiempo de ataques de Satanás sin precedente. Es vital que apoyemos a nuestros líderes en oración, y ellos deben velar de manera responsable para guardar su integridad moral y espiritual. “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.” (Stg 3:1).M1. Motivo del juicio (Ez 22:1-16). “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones? Dirás, pues: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!” (Ez 22:1-3). Dios habló a Ezequiel diciendo: ¿no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre?  Si Ezequiel debía actuar como el fiscal o juez, tenía que presentar los hechos en que se basaba, y confrontar a Jerusalén con todas sus abominaciones.  A continuación, el Señor dio a Ezequiel dos cargos para que los presentara contra Jerusalén: Había sido una ciudad derramadora de sangre y que hizo ídolos. Ezequiel mencionó el derramamiento de sangre siete veces para insistir en el pecado de extrema violencia en la ciudad (“violencia” y “maldad” en Ez 7:23; 8:17; 12:19). Ezequiel citó pecados que violaban algunos de los diez mandamientos (Éx 20:1-17): injusticia social (Ez 22:7), apostasía (Ez 22:8), idolatría (Ez 22:9), inmoralidad (Ez 22:10-11), y avaricia (Ez 22:12). Esta lista concluye con otro pecado, que era la raíz de donde procedían los otros: te olvidaste de mí, dijo Jehová el Señor (Ez 23:35). Dejaron de amar a Dios y al prójimo y se dedicaron a la idolatría. Por ello, Dios batiría sus manos (Ez 6:11; 21:14, 17) para burlarse de Jerusalén. Cristo nos advierte: “Erráis (pecaís), ignorando las Escrituras y el poder de Dios.” (Mt 22:29).M2. La forma del juicio (Ez 22:17-22). ”Como quien junta plata y bronce y hierro y plomo y estaño en medio del horno, para encender fuego en él para fundirlos, así os juntaré en mi furor y en mi ira, y os pondré allí, y os fundiré. Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos. Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo Jehová habré derramado mi enojo sobre vosotros.” (Ez 22:20-22). Así como los metales se funden en medio del horno, así Dios reuniría a la gente dentro de la ciudad de Jerusalén para derretirla. Esta misma idea se repite tres veces (Ez 22:20–22). Judá se replegó en Jerusalén cuando Nabucodonosor invadió la tierra y ésta se convirtió en el crisol del furor y de la ira del Señor que serían enviados sobre el pueblo. Jerusalén sería destruida con fuego y Jeremías se lamentaría: “Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira; y encendió en Sion fuego que consumió hasta sus cimientos.” (Lm 4:11).