1019 - Proverbios. El clamor de la sabiduría. Pr 1:20-21
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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1019 – Pr 1:20-21 – El clamor de la sabiduría. La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. Mientras el libro de los Salmos es para una vida devocional, el de Proverbios es para la vida diaria. Del libro de Proverbios se dice que representa “la misma ciencia de la vida práctica”. La sabiduría aquí personificada en Pr 1:20 denota el mayor talento intelectual, el más puro carácter moral, y encuentra su perfecto cumplimiento en la persona y el carácter de nuestro Señor Jesucristo, que es “la Sabiduría de Dios”, y que “nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1Co 1:30). Cristo “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.“ (Col 2:3). En este clamor de la Sabiduría, oigamos el clamor de Cristo. Podemos oírlo en la voz de: I. La compasión. “La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.” (Pr 1:20-21). El mensaje es para la “persona de la calle, el profesional, empresario, el político, gobernante” a las puertas de la ciudad. Es el clamor compasivo de la infinita misericordia que clama: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” (Jn 7:37). Esta voz trata de resonar en cada calle, ciudad y país. Es el clamor de la Buena Nueva de Dios a un mundo que perece. Se dirige a: los “simples”, los “burladores”, los “insensatos”, los débiles, los extraviados, y los indignos: Cristo dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” (Lc 5:32). II. La reprensión. “Cristo clama… ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia?” (Pr 1:22). Estas tres categorías son típicas. (1) Los SIMPLES son reprendidos por dejarse influenciar fácilmente; se abandonan irreflexivamente a las influencias de otros, la falsa doctrina, la emosión, la vanidad, y no se toman el tiempo de “pararse, y preguntar por las buenas sendas antiguas”. (Jer 6:16). Son víctimas dispuestas al engaño, en sus mentes y corazones, de los hombres sin principios, impíos. (2) El BURLADOR es reprendido por deleitarse en el escarnio. Estos se glorían en su vergüenza, en busca de un pestilente aplauso que reciben de una humanidad corrompida. El único aplauso que necesita una persona es el de Cristo al ser un “buen siervo y fiel” (Mt 25:21). (3) El INSENSATO es acusado de ¡aborrecer el conocimiento! Enemigo de la sabiduría. Ama las tinieblas más que la luz, lo cual es prueba abundante de su ceguera espiritual. No aprecia la palabra de Dios, no la estudia ni medita en ella. Aborrece la Sabiduría, porque se opone a su suprema insensatez. Éstas son las actitudes de muchos, y algunos creyentes para con Cristo. III. Ruego. “Volveos a mi reprensión” (Pr 1:23a). La sabiduría, como Cristo, clama y ruega, pero no obligará. “Volveos”. La responsabilidad recae en el que oye. Él apela a la voluntad: a la razón. “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” (Is 1:18). La regeneración es la obra del Espíritu, pero la conversión, el volverse, es la decisión, acción de la persona. “Arrepentíos y convertíos”: este es su mandamiento. “¡Volveos, volveos…! ¿Por qué moriréis?” “Y no queréis volver a Mí, para que tengáis vida” (Jn 5:40). Vuestro rostro se ha apartado de Aquel, Cristo que es el Camino, y la Verdad, y la Vida (Jn 14:6); volveos a Mi reprensión clama el Señor. IV. Promesa. “He aquí, yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os daré a conocer mis palabras” (Pr 1:23b). Cristo proveerá a las verdaderas necesidades del Simple, del Burlador, Escarnecedor, y del Insensato, Necio, impartiéndoles su Espíritu regenerador (Tito 3:5),