1016 - Salmos. Todo lo que respire alabe a Dios. Sal 150:6
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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1016 – Sal 150:6 – Salmos. Todo lo que respire alabe a Dios. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. El libro de los Salmos hace un paralelo con un viaje espiritual a través de la vida. Comienza presentando al lector dos sendas: el camino a la vida y el camino a la muerte (Sal 1). Si elegimos el de Dios a la vida, enfrentaremos tanto bendiciones como problemas, alegrías como dolores, éxitos como obstáculos. Pero en todo el trayecto, Dios está a su lado, guiándolo, alentándolo consolándolo y protegiéndolo. Cuando la vida del justo llega a su fin, se hace muy evidente que ha escogido el buen camino. Saber esto lo hace alabar a Dios por llevarlo en buena dirección y por la seguridad de que pronto entrará en el mundo perfecto que El tiene guardado para quienes lo han seguido con fidelidad. ¿Cómo pudo haber sido más claro el mensaje? El escritor dice a las personas que alaben a Dios. Qué forma tan adecuada para terminar un libro de alabanza, con un aliento directo para que usted alabe a Dios también. ¡Recuerde alabarlo todos los días! Este salmo final culmina de forma adecuada el Salterio y el Hallel final (Sal 145-150). Responde algunas preguntas estratégicas acerca de la alabanza: 1) ¿dónde alabar? (Sal 150:1); 2) ¿para qué alabar? (Sal 150:2); 3) ¿con qué alabar? (Sal 150:3-5), y 4) ¿quién debe alabar? (Sal 150:6). 1. ¿De dónde alabar? (Sal 150:1) “Aleluya. Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento.” Santuario podría ser el universo como su santuario, pero es mejor tomarlo como el templo. Se empieza en el templo, pero Dios recibe alabanza de todo el universo. “Alabanza y magnificencia delante de Él; poder y gloria en su santuario.“ (Sal 96:6). “Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed delante de Él, toda la tierra.” (Sal 96:9). “Alabad a JAH, porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; porque suave y hermosa es la alabanza.” (Sal 147:1). 2. ¿Por qué alabar? (Sal 150:2) “Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.” El Salmo es breve; así tiene más impacto. Dios merece alabanza por lo que hace y por lo que es. Sus proezas y su inmensa grandeza señalan a todo lo que se ha dicho en los otros 149 salmos. “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable. Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos. “(Sal 145:3-4). “Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.” (Is 44:23) 3. ¿Cómo alabar? (Sal 150:3-5) “Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo.” La respuesta es: ¡Con todo! Los varios instrumentos sugieren muchas ocasiones de alabanza: la corneta, fiestas y anuncio de jubileo; danza y pandero, celebraciones y fiestas; instrumentos de cuerda, comunión, devoción, hermosura. Pero más que esto el salmista quiere decir: “Alabadle con todo tipo de instrumentos, con todos los sonidos, ¡con todo!” “Alégrense los cielos, y gócese la tierra; brame el mar y su plenitud. Regocíjese el campo, y todo lo que en él está; entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento,” (Sal 96:11-12). 4. ¿Quién debe alabar? (Sal 150:6) Todo el salterio se dirige a este punto: que ¡Todo lo que respira alabe a Jehová! La palabra respira, (neshamá, 5397): significa aliento, aliento de vida, una persona que respira, un alma viviente. Esta palabra aparece por vez primera cuando creó al hombre y le dio aliento de vida: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Gn 2:7,. Dios literalmente enseñó al ser humano cómo respirar. Aquí el salmista aconseja a todo lo que tiene