1012 - Salmos. Por qué confiar solo en Dios. Sal 146:3
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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1012 – Sal 146:3 – Salmos. Por qué confiar sólo en Dios. No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Este salmo contrasta la sabiduría de aquellos que esperan en el reinado eterno del Señor y su benevolente justicia (Sal 146:5-10), con la imprudencia de aquellos que confían en gobernantes humanos mortales (Sal 146:3-4). El salmista describe al hombre como un salvador inadecuado, una falsa esperanza, aun los príncipes no pueden liberar (Sal 146:3). Dios es la esperanza y ayuda del necesitado. 1. Llamado a la alabanza (Sal 146:1-2). “Aleluya. Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva. ¡Aleluya!” Es un llamado a la adoración; es “Adorad a Dios, Adorad a Jehová”. Podemos preguntarnos: ¿cuándo adoramos?, y ¿cómo adoramos? Somos llamados a adorarar a Dios durante toda la vida. Mientras que viva, todo el tiempo que viva; no vale esperar hasta que la muerte se acerque. Ahora, cuando tenemos vida, hemos de adorar. “Alabad a Jehová, porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia.” (Sal 136:1). 2. La vanidad de confiar en el ser humano (Sal 146:3-4). “No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.” (Sal 146:3). La Biblia enseña por medio de contraste. La alternativa de confiar en Dios es confiar en el hombre. Pero si uno confía en el hombre, consigue lo que el hombre puede producir; sin embargo, si confía en Dios consigue lo que Dios puede hacer. “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.” La diferencia de confiar en Dios es que “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jer 17:5-8). “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.” (Sal 146:4). Otra razón de no confiar en el hombre es la realidad de la muerte. Perecerán sus pensamientos o “proyectos”. Los grandes del mundo hoy, son desconocidos mañana. Muchos sueños y proyectos grandes quedan estancados cuando fallece su autor. En cambio, Dios es eterno. (Sal 90:1-2) 3. Bienaventurado el que confía en Dios (Sal 146:5). “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios” (Sal 146:5). Bienaventurado. Esta es la última de las 26 bienaventuranzas en el libro de los Salmos Quiere decir “feliz, muy feliz” u “Oh, la felicidad de.” ¡Qué dichoso es el que tiene como Dios el Dios de Jacob! Señala la misericordia que tuvo Dios con Jacob. Lo tomó de ser un hombre engañoso y temeroso y lo transformó en un hombre de fe y padre de su pueblo escogido. Si Dios lo pudo hacer con Jacob, también lo puede hacer con cada uno de nosotros. ¿Por qué hemos de confiar en Dios? Por causa de sus hechos; Él creó todo y es fiel. Además, Dios se interesa en los desvalidos que la sociedad tiende a olvidar. “Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.” (Dt 33:29). 4. EL Dios creador del universo y ayudador de los necesitados (Sal 146:6-10). Debemos confiar en Dios porque es: 1) Creador de los cielos, la tierra, el mar y todo lo que ellos hay. (Sal 146:6a). 2) Dios es veraz, fiel (Sal 146:6b). 3) Dios ayuda a los necesitados “Que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos.” (v.7a). 4) Es nuestro libertador “Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos;” (Sal 146:7b-8a). 5) Dios es nuestra fortaleza