1008 - Salmos. Mi esperanza está en Dios. Sal 142:5
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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1008 – Sal 142:5 – Salmos. Mi esperanza está en Dios. Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Los Salmos 140-143 son un grupo de ruegos, súplicas que expresan la reacción del creyente frente a diferentes problemas: la calumnia en el Sal 140, la provocación en el Sal 141, la soledad en el Sal 142 y el peligro de muerte en el Sal 143. Este Salmo 142 enseña como el creyente debe actuar ante la angustia, aflicción y la soledad. Aquí el salmista siente una profunda soledad al ser perseguido y abandonado. El título señala el mismo trasfondo que el Salmo 57. La cueva que se menciona en este salmo puede ser la cueva de Adulam (1Sa 22) o En-gadi (1Sa 24). Este salmo es un modelo de oración para todos los que sufren circunstancias semejantes, que están desmayando, sin amigos, sin salida, solo hay esperanza en Dios que te dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Is 41:10). 1. Un clamor angustiado (Sal 142:1-2). “Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de Él expondré mi queja; Delante de Él manifestaré mi angustia.” Con mi voz… con mi voz indica la urgencia del clamor. Dios oye y quiere escuchar la voz de sus hijos. El salmista apela al amor (misericordia) de Dios. Delante de Él expondré, manifestaré mi angustia (v. 2); el creyente puede y debe expresar delante de Dios lo que siente. Dios quiere que seamos sinceros con Él. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil 4:6-7). Descansemos en Dios “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque ÉL tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” (1Pe 5:7-9). 2. Solo y abandonado (Sal 142:3-4). “Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.” (Sal 142:3). El salmista ya no da más; su espíritu está desmayado. Pero le viene un rayo de esperanza, pues aun cuando está así, sabe que Dios conoce su senda. Aunque los enemigos han escondido trampas, el salmista puede descansar en Dios, pues para el Dios que conoce (y supervisa) todo su camino, no son trampas. “Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.” (Sal 142:4). Nadie apoya al salmista; todos le han abandonado a ser presa de los que le persiguen. “Mira” y “observa”, le dice a Dios. Ya que no puede depender de los hombres, pide que Dios mire y ayude. “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.” (Sal 27:10). Según 1Sa 22:1-2, David fue solo a la cueva, pero allí llegaron a apoyarle sus hermanos y muchos otros; de modo que vio la respuesta a su clamor. Más tarde esta misma confianza en Dios dio a David la fortaleza necesaria para resistir la tentación de quitar la vida a Saúl (1Sa 24:3-7). “Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.” (Sal 30:5). “Porque el Señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.” (Lm 3:31-33). 3. Oración de fe (Sal 142:5-7). “Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.” (Sal 142:5). El salmista muestra la fe y dedicación a Dios. Si Dios es nuestro refugio y nuestra porción (lo que vale en nuestra vida), podemos tambié