Radar Empresarial: Ørsted sufre grandes pérdidas netas condicionada por las políticas de Trump
Capital Intereconomía - En podcast av Radio Intereconomía - Fredagar
En la edición de hoy del Radar Empresarial, se examinan los recientes resultados financieros de Ørsted, una de las compañías más afectadas por las políticas energéticas impulsadas por Donald Trump. La empresa reportó una pérdida neta trimestral de 260 millones de dólares, a la que se suman deterioros de 241 millones de euros en el tercer trimestre. Si bien estas cifras fueron algo mejores de lo que esperaban los analistas, siguen muy por debajo de los 692 millones de euros en beneficios obtenidos durante el mismo periodo del año anterior. Como consecuencia, su EBITDA se situó en 409 millones de euros, reflejando la compleja situación que enfrenta la firma danesa dentro del sector de las energías renovables. Ante este panorama, Ørsted ha tomado medidas para revertir su situación financiera. La compañía completó una emisión de derechos por 8.900 millones de dólares y comunicó un ajuste laboral que implicará el despido de 2.000 empleados antes de 2027, medida que busca mejorar su competitividad y enfocarse en su estrategia de energía eólica marina en Europa. Asimismo, la multinacional ha comenzado un proceso de venta de activos con el fin de obtener liquidez y estabilizar sus cuentas. El pasado lunes, y en respuesta a una rebaja en su calificación crediticia, Ørsted anunció la venta del parque eólico marino Hornsea 3, ubicado en el Reino Unido, por 6.090 millones de euros al fondo Apollo Global. Esta operación forma parte del plan financiero de emergencia que la empresa ejecuta para aliviar su endeudamiento. En octubre, Ørsted también recaudó 9.350 millones de dólares mediante una emisión de acciones con descuento, de las cuales el gobierno de Dinamarca —accionista principal— suscribió la mitad. Pese a ello, las acciones de la compañía se han desplomado un 85% desde su máximo de 2021. Las dificultades de Ørsted se enmarcan en un contexto político desfavorable. Desde su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump mostró escaso interés por la energía eólica, suspendiendo mediante una orden ejecutiva los nuevos contratos de arrendamiento para parques eólicos terrestres y marinos. Esta política también perjudicó a Avangrid, filial de Iberdrola, al retirársele el permiso para construir los proyectos New England Wind 1 y 2 en Massachusetts. Además, el gobierno estadounidense ordenó la paralización del proyecto Revolution Wind de Ørsted, que estaba completado en un 80% y destinado a suministrar energía a más de 350.000 hogares en Rhode Island.
